Estas mini-vacaciones pre-Semana Santa son la excusa perfecta para visitar a Alicia, Simón y el pequeño Izan, por lo que la parte turística va a verse un poco reducida...
Nuestro hotel, B&B Cartagena Cartagonova está muy bien situado, con una habitación muy espaciosa, un desayuno razonable y cerca de un parking público.
Después de desayunar nuestro primer objetivo es el Teatro Romano, que no era visitable la primera vez que estuvimos en Cartagena, y al que le tenemos muchas ganas.
Nos hemos hecho con una entrada combinada, de las que en el museo del propio teatro nos ha ofrecido varias posibilidades, y permite el acceso a varios monumentos y/o actividades de la ciudad.
El acceso al teatro se realiza por el Palacio de Riquelme, lo que resulta muy curioso ya que no da idea alguna de lo que vas a ver. La musealización de Moneo es tremendamente original, teniendo en cuenta que integra al propio palacio, un corredor arqueológico subterráneo, los restos de la antigua catedral medieval y el propio teatro... ahí es ná.
Lo primero que se visita es el Museo, que recoge diferentes restos del teatro, información sobre la recuperación del mismo... Está organizado en varias alturas a las que se accede cómodamente por escaleras mecánicas.
A continuación se atraviesa el corredor arqueológico, donde se puede apreciar la superposición de numerosos edificios de épocas diversas: muralla musulmana, distintos templos cristianos... Queda por debajo de la antigua catedral. En si misma, la catedral no se visita.
Y, por fin, se accede al Teatro Romano, más o menos por la mitad de la cavea. No es un teatro demasiado grande (unas 7000 localidades).Curiosamente está totalmente rodeado de viviendas desde cuyas ventanas y terrazas se tiene que tener una buena panorámica....
Se conserva toda la cavea, la orchestra, el escenario... Se puede subir y bajar, pisar escena... Como en el museo hay maqueta y varios dibujos es fácil hacerse una idea de cómo debió ser.
Desde allí vamos a visitar la Casa de la Fortuna. Se trata de una domus del siglo I , de una familia adinerada, que da a dos calles. La entrada principal da a un cardo amplio, del que incluso se puede ver el alcantarillado. La casa se organiza en torno a un atrio, alrededor del cual hay distintos tipos de estancias.
En la actualidad está literalmente en el sótano de un edificio de viviendas.
Nuestra última visita del día es la Muralla Púnica. Se trata de los restos de un tramo de la muralla que rodeaba Quart Hadast. La expo se acompaña de un audiovisual muy interesante sobre la ciudad púnica y su transformación después de la conquista romana.
Nuestra mañana de visitas turísticas llega a su fin...
Vamos a esperar a Alici, Izan y Simón con un vinito de la zona...
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