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Día 10: Rávena y Rimini


Rávena es probablemente el destino fundamental de este viaje, junto a Bolonia.

Pero, volver a Rávena... Parece que para mis chicas tiene algún significado especial...

Nos han dado un desayuno genial en el B&B y hemos podido empezar pronto la visita. Hay turistas, pero no demasiados.

Rávena formó parte del Imperio Romano a lo largo de su historia. Cuando se produjo la separación entre el Imperio de Oriente y Occidente fue invadida por los visigodos y sobrevivió hasta la caída de Occidente. En su intento por restaurar el Imperio, Rávena es invadida desde Oriente por Teodorico, que una vez se hace con la ciudad, decide fundar un reino independiente. Años después Justiniano la recuperará de nuevo para Bizancio.

A lo largo de estas vicisitudes Rávena experimenta distintas etapas de esplendor artístico: durante la vida de Gala Placidia, con Teodorico y sobre todo en la época de Justiniano.

La primera visita es el Mausoleo de Gala Placidia.

Gala Placidia es hija del emperador Teodosio. En el 413 Ataulfo sucede a Alarico y contrae matrimonio con ella. Pero cuando unos años después muere Ataulfo, Gala Placidia es devuelta a Roma donde gobierna su hermano Honorio. En 416 Gala contrae matrimonio con el general romano Constancio y tienen un hijo, Valentiniano, que llega a emperador antes de su mayoría de edad. Gala accede a la regencia y traslada la corte a Rávena.

Es una capilla funeraria que formaba parte de la desaparecida basílica del Palacio dedicada a S. Lorenzo. Es un edificio muy pequeño de planta de cruz griega al estilo de los mausoleos orientales. Tiene iluminación directa a través de las ventanas del cimborrio cuadrado que cubre el crucero de la planta. Su principal valor son los mosaicos que decoran el interior: en la cúpula rebajada del cimborrio, la bóveda celeste (fondo azul con estrellas doradas) presidida por una cruz gemada, en las cuatro esquinas el tetramorfos, y en los muros que lo soportan figuras de santos aclamando al cielo

Como hay poca gente, la visita es libre. La otra vez era en grupo y por tiempo limitado. Así que nos quedamos un buen rato...

Desde allí, por el mismo jardín se accede a San Vitale.

Se trata de una capilla palatina y a la vez martyrium del santo, así que emplea una planta centralizada, que es un ocotógono perfecto , que se repite tanto en el núcleo central como en el deambulatorio. La comunicación entre ambos se realiza a través de tramos curvos en nicho en los ocho lados del octógono. La cubierta del núcleo es una cúpula sobre tambor, y en el deambulatorio se cambió la primitiva techumbre de madera por bóvedas en la Edad Media. San Vitale tiene una planta octogonal muy curiosa, con capillas abiertas.....

Pero sin duda, lo mejor de lo mejor son los mosaicos. Creo que es lo más impresionante que he visto en mi vida... Podría quedarme aqui todo el día.

Tenemos una descripción pormenorizada del programa iconográfico de cuando Nieves estudiaba Historia del Arte. Lo más alucinante son los cortejos de Justiniano y Teodora. Conmemoran la presentación de ofrendas del emperador y su esposa al templo con motivo de su consagración.

Vamos a ver dos baptisterios, que son edificios de planta redonda, separados físicamente de la iglesia a la que pertenecen. En esencia, los dos son conceptualmente iguales. Se diferencian en el tamaño y en la riqueza de los mosaicos. Son edificios de planta centralizada octogonal en la que se alternan los tramos de muro recto y curvo, es decir, que cuatro de los lados están construidos en forma de pequeñas exedras, de las que una, de tamaño algo mayor, se emplea como altar. En el centro de la planta se sitúa la piscina bautismal.

El Baptisterio de los Arrianos es el más pequeño. Sus mosaicos son más sencillos, pero muy bonitos.

El Baptisterio Neoniano o de los Ortodoxos es mucho más grande y sus mosaicos presentan muchos más matices en los ropajes, en la expresión de los rostros...

Entre medias de uno y otro visitamos San Apolinar Nuevo, que es una iglesia de planta basilical, con una imponente torre a la derecha y separada de la iglesia. Aunque la parte del altar es muy fea, la nave conserva el aspecto que tendría originalmente. Lo más chulo, los mosaicos que hay en el panel entre la columnata y las ventanas, que se organizan en tres registros. En el superior, por encima de las ventanas, pequeñas escenas narran la vida de Cristo, siguiendo un programa iconográfico de gran valor que se desarrolla por primera vez en este edificio y que tendrá una influencia posterior enorme. En el segundo registro, en los intersticios de las ventanas se representan imágenes de santos. Y en el registro inferior, entre las ventanas y las arquerías, se desarrollan los mosaicos más característicos de la basílica, aunque desgraciadamente fueron rehechos por Justiniano. Originalmente, se representaba: a un lado, el rey Teodorico saliendo de su palacio con su séquito en procesión hacia una imagen de Cristo entronizado, rodeado de ángeles; al otro lado, la reina, mujer de Teodorico, saliendo el puerto de Classe (Rávena) en procesión con su séquito femenino hacia una escena de la Epifanía. Cuando Justiniano conquistó la ciudad, juzgó inadecuado que permanecieran estos mosaicos y ordenó cambiar los séquitos reales por otros de santos y santas.

Junto al Baptisterio Neoniano se visita el Museo Arcivescovile. Lo más interesante es que permite acceder a la capilla de San Andrea . Es una capilla privada, con una antesala y la capilla propiamente, toda decorada en mosaico. La parte inferior, del suelo al mosaico,está decorada con pinturas que imitan mármol, que debía ser lo habitual en la época. Sin embargo, en las grandes basílicas terminaron por sustituirse por decoraciones más "modernas". Aqui, al tratarse de un oratorio privado, se han conservado a lo largo del tiempo. El resto del museo no está mal. Incluye un poco de todo.

Para terminar la mañana vamos a ver la Cripta Rasponi y los Giardini Pensili, un curioso conjunto formado por unos jardines en terraza y la cripta, donde se trasladaron unos mosaicos desde la ciudad de Classe.

La Domus de Tapetri di Pietra es una domus tardo romana, de difícil interpretación, pero que conserva varios mosaicos de decoración geométrica en buen estado.

Con esto damos la visita por terminada y buscamos donde comer.

Comemos en una terracita a la sombra. Lo típico, una pasta rellena y una chuleta a la milanesa con ensalada. Y un café...

Camino de Rimini paramos en San Apollinare in Clase. Es otra iglesia de planta basilical, con su torre redonda. Está en mitad del campo. A esta sólo le quedan mosaicos en el ábside principal, que representan simbólicamente la transfiguración de Cristo.

Rimini ha sido bastante decepcionante.

Además de que hemos tardado bastante por el tráfico, la ciudad es poco atractiva.

El objetivo de la visita era el Templo Malatestiano, que resultó ser muy feo.... Al parecer, su arquitectura, de León Battista Alberti, es muy interesante. Alberti fue más un teórico de la arquitectura. Es autor de numerosos tratados en los que plantea una nueva forma de entender la arquitectura basada en la proporción como principio esencial de diseño. Pero además expone dos principios metodológicos clave para comprender su visión de la arquitectura: por un lado, la diferencia entre proyecto y construcción, de modo que el arquitecto para Alberti es quien realiza el diseño del edificio, define las especificaciones técnicas y redacta el proyecto económico, mientras la construcción recae sobre los maestros de obras y los albañiles; por otro lado, Alberti discute sobre el binomio arquitectura ornamentación, que tanto condicionaba a los maestros medievales, y libera ambas artes confiriendo a los elementos constructivos un protagonismo absoluto en la edificación.

Para este templo, concebido como mausoleo de Segismundo Malatesta y su amante Isotta, Alberti hizo un diseño que reflejaba sus convicciones, tanto interior como exteriormente. El templo malatestiano es un espécimen característico de la «arquitectura principesca»: la iglesia sin naves laterales y equilibrada, si no dominada, por una rotonda en el lado oriental, se convirtió en un monumento representativo del poder puramente secular.

Pero como viene siendo habitual .... la dejaron a medias.... Es muy fea....

Yo pensé que después íbamos a la playa. .. El paseo hasta la costa, que por las deposiciones de los ríos está ahora a unos 20mn andando, es agradable, por una senda peatonal.

Pero la playa es a la italiana: hoteles pretenciosos al borde de la arena, garitos, servicios, vestuarios...., al principio; filas infinitas de sombrillas... y al fondo, muy al fondo, debe estar el mar....

Por tonto, me he quedado sin verlo...

Si no hubiera hecho caso a Rennie y a Otto, hubiera conseguido salir del Altea en junio, en Canet.... Y hubiera visto el mar....

Lo único que he sacado de bueno en Rimini es el pedazo de helado que nos hemos tomado...

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