Hoy nos esperan tres localidades bastante diferentes.
Fidenza es una localidad pequeña, cuyo único interés es la catedral. Al estar situada en la ruta francígena, que es como el camino de Santiago pero entre Inglaterra y Roma, su románico se vio mucho más influenciado por los rasgos internacionales que el resto de la Lombardía.
Lo más sorprendente es la opulenta pero inacabada fachada, creada probablemente por artesanos que trabajaron con Benedetto Antelami en el Duomo de Parma. Está flanqueada por dos esbeltas torres cuadradas construidas en sillares de piedra, destinados posiblemente a quedar descubiertos, en contraste con el aparejo del resto de la fachada que probablemente pensaron en cubrir con lajas de mármol. Sin embargo, solo se realizó la decoración de parte inferior de la fachada, los tres pórticos, las columnas y algunos relieves. Dentro, los muros conservan fragmentos de frescos medievales, y la cripta contiene las reliquias de san Donnino, patrón de la ciudad martirizado según la tradición en el 291.
Castell d’Arquato está en un valle abierto, de colinas suaves y verdes, salpicadas de villas rurales. Sobre una de ellas se situa impresionante toda la población. Está considerada una de las villas más bonitas del sur del Po, muy frecuentada por sus abundantes restaurantes.
Hemos dejado el coche en un parking gratuito en la base de la colina… Toca subir andando. Las calles empedradas tienen unas respetables pendientes. Conforman un complejo medieval muy armonioso, con callejas con balcones llenos de flores, ventanas a distintas alturas, terrazas sobre el valle….
El mejor edificio medieval es el Palazzo del Podestà (siglo XIII), que preside el lado septentrional de la Piazza Monumentale, verdadero centro histórico de la ciudad. En el extremo contrario se levanta el otro monumento reseñable de la ciudad, la Rocca Viscontea (siglo XIV), antigua fortaleza de la familia Visconti. El complejo se construyó sobre los restos del castro romano del siglo III a.C
En el centro de la plaza, entre ambos edificios, se encuentra la Collegiata di Santa María. Tiene su origen en un templo del siglo VIII que fue destruido por el terremoto de 1117. Reconstruido desde sus cimientos, el nuevo templo se consagró en 1122. Es un edificio atípico para Italia ya que se adscribe al estilo románico, y recuerda a las iglesias francesas y catalanas. Eso se debe a la posición de la población respecto a la ruta francígena.
Comemos en el Restaurante Stradivarius, cuya terraza se abre sobre los bastiones inferiores de las defensas de la ciudad, sobre los jardines de las casas más bajas y sobre el valle. La comida está muy rica, pero sobre todo el sitio es genial….
Nuestro último destino es Cremona, la ciudad de Stradivarius y Monteverdi.
Dejamos el coche en un parking cercano al hotel y a la plaza del Duomo.
El hotel resulta pelín decepcionante... Un poco anticuado y desde luego, demasiado caro para lo que resulta ser...
Nuestra visita se inicia en la Piazza del Comune, uno de los espacios medievales mejor conservados de esta parte de Italia.
En la plaza se levanta el Palazzo del Comune, del siglo XIII. Presenta la arquitectura típica lombarda, con un patio central en el que tenían lugar las reuniones del consejo. La fachada fue profundamente reformada en el siglo XV. Junto al ayuntamiento se levanta la Loggia dei Militi, también del XIII, lugar de reunión de los grandes señores de la ciudad.
Y el Duomo
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La catedral es románica, con dos espectaculares fachadas en los brazos del transepto.
Por dentro está pintada... y ya es otra cosa...
El Baptisterio tiene una cúpula altísima
La ciudad no da para mucho más... Pero pasear por ella es agradable, porque está muy animada.
Hemos tomado un aperitivi en una populosa terraza frente al Duomo y hemos cenado en un restaurante también muy animado.
Aqui no hay muchos turistas, aparentemente. La gente parece toda de por aquí, que salen a divertirse.
Hemos tomado una pizza de mozzarella y proscuitto con DOC y otra muy curiosa, que lleva puré de calabaza en vez de tomate y mozarella.
Se está muy a gusto...