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City of Kos, día 2


Amanece un día espléndido. Son las ocho de la mañana y ya hace bastante calor, aunque es 9 de setiembre. Desde la terraza de la habitación se ven los barquitos, la microplaya y el espacio que el hotel le ha ganado al mar en forma de terraza para el restaurante y la zona de baño y sombrillas.

El desayuno lo sirven en la terraza sobre el mar donde cenamos anoche. No está mal... pero sobre todo es el sitio...

Ya bien desayunadas, empezamos nuestra visita turística.

Nuestro primer destino es el Asklepeion. Se llega a él en un tren turístico (línea azul) que sale muy cerca del hotel, avanzando por el borde del mar.

En el camino al tren, pasamos por muchas casitas y tiendas, muy "a la griega", un poco desastradillas, muy populosas y alegres... A su manera, pero muy pintoresco...

El Asklepeion de Kos es junto al de Epidauro el más grande de los templos dedicados al dios Asclepio, hijo de Apolo, dios de la medicina y la curación. Los santuarios dedicados a Asclepio estaban concebidos como templos de sanación y tenían estructuras diferentes a los dedicados a otros dioses. Se acudía a ellos en busca de sanación, más que a rendir culto al dios. Pero entendida la sanación más en plan supersticioso, con sacrificios, donativos, consulta al oráculo... que como actos con base científica. En la etapa helenística si se establecieron profesionales con formación hipocrática.

El sitio arqueológico está situado sobre cuatro terrazas artificiales, mirando a la costa de la vecina Turquía. El complejo fue adquiriendo importancia, hasta alcanzar su máximo explendor en el s.II a.C., bajo la protección del rey Eumenes de Pérgamo. Se mantuvo en funcionamiento hasta el s.IV y luego fue perdiendo gradualmente importancia. En la Edad Media los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén lo utilizaron como cantera para la construcción de la fortaleza de Neratzia.

El templo fue excavado en la primera mitad del s.XX

En la primera de las terrazas había un pórtico en forma de letra pi, donde estaban las estancias para enfermos y familiares.

En la segunda terraza se conservan los restos más antiguos, incluyendo la zona donde los enfermos esperaban la aparición curativa del dios mientras dormían.

En la tercera terraza están los restos de un templo dórico, y de una iglesia paleocristiana.

El calor ya es sofocante, pero la visita es de lo más curiosa. El Asklepeion de Kos es más pequeño que el de Epidauro, con similitudes y diferencias no sólo en cuanto al tamaño.

Hay bastantes turistas, pero la mayoría van en grupo y en modo "visita express". Les sueltan, les dan unas pocas explicaciones a las que no hacen mucho caso, se echan unas fotos y se van.

Volvemos a Kos por el mismo sistema. El viajecito es un poco largo, pero muy, muy pintoresco...

De vuelta en Kos, visitamos el Plátano de Hipócrates. Se trata de un enorme plátano de sombra, en el centro de un frondoso jardín (lo cual es de agradecer, con la que está cayendo...).

Kos es la isla donde nació e impartió sus enseñanzas el padre de la medicina, Hipócrates de Kos. Se dice que Hipócrates se reunía bajo el plátano a instruir a sus alumnos. También se supone que Pablo de Tarso se reunía con sus discípulos bajo el árbol.

En realidad el árbol actual debe tener unos 500 años (difícil de datar, porque está hueco por dentro y precisa de un soporte metálico para sostenerse...), pero se piensa que pueda ser descendiente del árbol original.

Cerca se encuentra también la mezquita de Gazi Hassan, construida hacia 1786 sobre las ruinas de la iglesia bizantina de San Jorge. Es fácilmente reconocible por su estilizado minarete. El edificio tiene dos plantas, la inferior, hoy día es una tienda de recuerdos.

También aquí se levanta el Palacio del Gobernador, un edificio modernista de inspiración árabe, construido por los italianos durante el periodo de dominación, en la primera mitad del siglo XX, tras la guerra italo-turca.

Frente al árbol se encuentra el puente que conecta y sirve de acceso al Castillo de Neratzia. Fue construido en la misma época que el castillo. En su día salvaba el dique que comunicaba el mar abierto con la pequeña bahía que sirve de puerto, ya que el espacio que ocupa el castillo fue originalmente un islote exento.

El Castillo de Neratzia (en referencia a los naranjos amargos) o Castillo de los Caballeros (en referencia a los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, sus constructores) es una tremenda fortaleza situada en la entrada del puerto, que permitía controlar el tráfico marítimo en la Edad Media. Se utilizaron materiales del Aklepeion y otros edificios locales. Sufrió una gran explosión en la época otomana y fue parcialmente reconstruido durante la ocupación veneciana. Aún así, es posible comprobar lo inexpugnable y magnífico de la construcción...

Nuestra última visita mañanera, porque ya hace un calor importante, es al Área Arqueológica del Ágora Antigua. Tiene la distribución clásica para este tipo de complejos religiosos y administrativos. Dado el carácter comercial del puerto, hay también numerosos edificios con esta finalidad. Sufrió sucesivos terremotos, por lo que se aprecian restos de distintas fases constructivas. Es un poco complicado de entender, pero han colocado un sistema de paneles, que ayuda mucho.

Para comer hemos optado por un restaurante que vimos anoche en nuestro primer paseo. El Restaurante Elia (Apellou 27) ocupa una casita de piedra de 1890, con jardín interior.

Nuestra mesa está en el jardín. El camarero, super amable, nos ha traido agua bien fría (es una costumbre bastante propia de Grecia, que te den agua fría gratis a modo de bienvenida), aceitunas, paté de aceitunas y pan, de cortesía. Con el hambre que tenemos...

Hemos tomado varios platos típicos griegos, bien preparados...

Para esta tarde nos quedan varias áreas arqueológicas, distribuidas por la ciudad.

Entre los restos más destacables, el Odeón, edificio destinado a espectáculos musicales, el área arqueológica oeste, con varios pórticos y restos de santuarios y calles pavimentadas, el estadio, unas termas...

No hemos podido ver la Casa Romana, porque estaba cerrada... no hemos llegado a saber por qué. Había un cartel.... en griego....sólo en griego...

Hemos pasado el resto de la tarde en la playa artificial del hotel y después de ducharnos hemos salido a pasear.

Todo el centro de Kos es peatonal, lleno de tiendas de recuerdos playeros y garitos para comer. Alternan las placitas, las iglesias, los restos de murallas... A medida que llega la hora de cenar, las calles se van animando de turistas buscando restaurante...

A las ocho ya es de noche.

Esta noche vamos a cenar de pic-nic en la maravillosa terraza del hotel, viendo el mar y los barcos, oyendo la música chill-out del restaurante y el murmullo del mar...


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