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Madrid-Atenas-Kos, día 1


El viaje ha salido fenomenal, pese a nuestras reticencias iniciales...

Viajamos con Aegean, que es la compañía nacional griega, y que además de operar los vuelos domésticos tiene vuelo desde Madrid. Ir al Dodecaneso no es tan popular como ir a Creta, o a las Islas Jónicas o a las Cícladas. No hay vuelos directos desde Madrid. Así que volamos Madrid-Atenas-Kos.

En Madrid está despejado y el vuelo sale hacia Atenas en hora. Después de agobiar a la azafata de tierra para asegurarnos de que entiende que las maletas tienen que acabar en Kos y no en Atenas, nos hemos subido en un avión nuevecito. El personal es increiblemente amable... además de ser todos altísismos y guapísimos. Es la primera vez que volamos con Aegean, pero la experiencia no ha podido ser mejor.

En el aeropuerto de Atenas ya hemos estado varias veces. Es grande, moderno y muy ágil, y tiene bastante movimiento. La parte de los vuelos domésticos es más... peculiar. No obstante el vuelo a Kos dura escasamente 20 minutos.

El Aeropuerto de Kos es lo más pequeño que se puede ser. Sólo tiene una puerta, que sirve para embarcar y desembarcar. Y se llega al avión andando a través de la pista. Tras recoger con alivio el equipaje, que no se ha extraviado... , el primer problemilla. La mayoría de los pasajeros son grupos de turistas, a los que recogen en autocar, y propios, a los que recogen familiares. A esas horas (o sea, como las siete de la tarde) ya se ha acabado el servicio de autobuses públicos. Así que no queda más que rezar porque haya taxis...

Y no podemos tener más suerte!. Nuestro taxista resulta ser un griego dicharachero y simpático, que se las apaña bastante bien con el inglés... a su manera. El viaje se hace entretenido, entre sus explicaciones de los lugares por los que pasamos y su curiosidad por nuestra circunstancia. No acostumbra a tropezarse con muchos españoles, ya que la mayoría llega en los macrocruceros, pasa el día y se va.

Nos deja en la misma puerta del hotel, con un par de achuchones y su tarjeta, por si volvemos a precisar de sus servicios...

El Kos Atkis Art Hotel es precioso, todo de cristal, al borde del mar. Las habitaciones tienen todas vistas al mar y terraza. Se ve el agua, y el puerto y una isla enfrente...

Aunque ahora mismo es de noche... Con las luces resulta muy bonito, pero seguro que por la mañana lo es aún más.

Después de todo el día de viaje y de no haber comido más que las albondiguillas del catering del avión estamos más que muertas de hambre y un pelín cansadas... Y el restaurante del hotel tiene una pinta tan buena, con las mesas en la terraza sobre el mar, la música chill-out... ¿Para que ir más lejos?.

Creo que hemos llegado al paraiso...


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