Después de disfrutar de otro espectacular desayuno en la terraza del restaurante del hotel, hemos ido a buscar el coche de alquiler.
Dada la naturaleza de los griegos, hemos optado por traer los coches pre-alquilados por internet en compañías grandes. Porque entenderse con esta gente tan particular...
Primera sorpresa: llegamos a la oficina y literalmente ya no están. Se han mudado a la otra punta de la ciudad!!!. Han dejado un cartel (afortunadamente en inglés) con un número de teléfono. En 10 minutos aparecen con el coche y nos explican que el sistema informático no les ha permitido avisarnos de lo de la oficina. Se han disculpado muchas veces y nos han dejado un Skoda Fabia...
Por Kos abundan los coches de alquiler modelo "pelotilla", pequeñajos y escasamente potentes... A ver qué tal...
Nuestro primer destino es Paleo Pyli, un asentamiento bizantino parecido a Mistra. Está escondido en un valle profundo... y claro, no especialmente bien indicado... Así que nos hemos perdido varias veces, y hemos ido hacia delante y hacia atrás hasta encontrar el desvío adecuado... Vamos, lo habitual...
El asentamiento está a los pies de un castillo bizantino del s.XI, refortificado por la Orden de San Juan en el s.XIV. Desde lo alto del castillo se tienen unas magníficas vistas de las vecinas islas de Pserimos y Kalymnos. Pero más interesante que el castillo son los restos de la población. Destaca por su impresionante acróplolis, con varias edificaciones importantes, calles empedradas, casas e iglesias. Destacan la Iglesia de Ypapanti (Presentación de Jesús en el Templo), perteneciente a un monasterio del s.XI y que conserva pinturas murales, y la Iglesia de Taxiarche (de los Arcángeles).
La visita es libre y apenas hay gente. El entorno es muy bonito: montañas, valle con río...
Nuestro siguiente destino es el Castillo de Antimachia. Se trata de una impresionante fortaleza que se alza imponente en una meseta en el centro de la isla. La construyeron los monjes hospitalarios, que como monjes no sé cómo serían , pero como arquitectos... Es una mole inmensa, no demasiado bien conservada. Lo más impactante es el conjunto, que domina la llanura. Por el otro lado da a un precipicio sobre el mar.
Nos da la bienvenida un propio vestido de típico, que chapurrea varios idiomas. El abuelete es de lo más encantador, y nos recibe en lo alto de una silla de enea. Le encanta que le hagan fotos...
La visita no es muy larga. Uno, porque está malamente conservado. Lo más impresionante es su silueta y las vistas. Y dos, porque a la solana hace un buena calor ahora que la mañana está avanzada...
Hacemos una parada técnica en la playa de Mastirachi, para tomar una coca cola, porque el calor es ya sofocante. Pero nuestro objetivo son las más populares y populosas playas de Kefalos...
Hemos elegido la playa de Agios Stefanos, porque incluye los restos de una basílica paleocristiana. Para llegar, hay que tirarse literalmente cuesta abajo por una pista mal asfaltada y aparcar en una explanada pedregosa. La basílica hace de separación entre las playas de Agios Stefanos y Agios Nikolaos.
Agios Stefanos es una cala más pequeña y tranquila. Hemos pillado sombrilla y tumbona, por 5 euros!!!. Es una playa con bandera azul.
El tipo de las sombrillas nos explica que como es una playa de cantorros, se han construido un camino "stone-free" con sacos de arena, hasta donde cubre el agua. Estos griegos...
Comemos de pic-nic en la playita... De postre tenemos un kilo de uva blanca autóctona, que le hemos comprad a un paisano que las vendía en una furgoneta en el aparcamiento de la playa. Dulces, pequeñitas, sin pipos....
Tarde vaga de playaza....
A las cuatro y media, los guiris empiezan a marcharse (¿?). Damos un paseito hasta Agios Nikolaos, que es mucho más larga y amplia. Tiene restaurantes playeros, y apartamentos y hoteles tipo rural. Tomamos una coca-cola en uno de ellos y volvemos para visitar los restos de la basílica.
La población de Antimachia es conocida por su miel. Al parecer, en Kos hay muchas abejas, y muchos productores de miel, con una amplia red de panales distribuidos por toda la isla. La miel más típica es la de tomillo. Nos paramos en Melissa, que está a pie de carrtera. Tienen un café y una tienda, donde venden no sólo miel sino otros productos que la contienen, incluyendo cosméticos, dulces... Además de la miel de tomillo, nos explican que trabajan otra variedad, la de pino. Además de la miel, compramos un laurel superaromático y jabón de aceite de oliva con miel.
Llegamos a Kos con tiempo para devolver el coche.
Después de ducharnos salimos a cenar.
Esta noche optamos por una poco glamurosa taberna familiar que presume de hacer cocina autóctona home-made. Con el pretencioso nombre de Olimpiada, en la no menos pomposa calle de Cleopatra, la taberna tiene graciosas mesitas de madera con mantelitos rojos sujetos con.... una cuerda y sillas de enea.
Comemos tomates asados rellenos de arroz, dolmades con saltziki casero y gyros de pollo. Y una Mythos enorme...