Este ha sido probablemente el día más espectacular del viaje!
El desayuno lo sirven en un espacio inmenso junto a la piscina. El responsable es un señor muy simpático, que chapurrea algo en casi todos los idiomas imaginables. Todo en el hotel es más continental y menos típicamente griego, incluyendo el desayuno. Pero aún así no deja de estar muy bien.
Hoy vamos a dedicar el día entero a visitar la ciudad medieval de Rodas.
Rodas tiene 2400 años de historia. Fue construida en torno al 408 a.C. y se dice de ella que llegó a ser una de las ciudades más bellas y mejor organizadas de la antigüedad. De gran importancia en el comercio marítimo por su posición estratégica, fue también un gran centro cultural. Fue perdiendo esplendor en su etapa como provincia romana y bizantina.
En 1309 se asentó en la isla la Orden de los Caballeros Hospitalarios, que hizo de ella su cuartel general, fortificándola. Pese a sus esfuerzos, la ciudad terminó cayendo en manos del Imperio Otomano en 1522. Durante la ocupación muchos de sus bienes fueron perdiéndose y deteriorándose, y sufrieron grandes transformaciones.
En 1922 fue ocupada por fuerzas italianas, que realizaron importantes obras de recuperación del patrimonio: realizaron excavaciones arqueológicas, eliminaron edificios sin valor...
De vuelta al estado griego, consiguió ser declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1988.
Nuestro hotel está extramuros, pero a muy pocos metros. Sólo con poner un pie en la ciudad se empieza a alucinar...
Accedemos a la ciudad por la Puerta d'Amboise, que es por si sola una estructura defensiva completa: torreones, fosos, puente, puerta... .
El sistema defensivo de la ciudad consta de varias murallas sucesivas, con un montón de puertas, bastiones y fosos.
Nuestra primera visita es al Palacio del Gran Maestre, la fortaleza de los hospitalarios. Se trata de un castillo defensivo en la parte más alta de la ciudad donde vivía el Gran Maestre y se articulaba la vida administrativa. Fue reconstruida en un estilo pseudo-medieval por los italianos, pero sin duda todas las que hemos visto hasta ahora palidecen a su lado... Se articula entorno a un patio central amplio. En la planta baja hay dos exposiciones, sobre la Rodas Antigua y Bizantina. En la planta alta está el antiguo dormitorio del gran maestre. Destaca su impresionante colección de mosaicos, procedentes de excavaciones arqueológicas de la isla de Kos. Destacando el de Medusa.
Desde la entrada del complejo palaciego se accede a la Calle de los Albergues. Durante la Edad Media las naciones de la época, representadas por sus lenguas, se fueron construyendo edificios más o menos notables, destinados a dar cobijo a los peregrinos en tránsito que pasaban por la isla y a albergar a las tropas destacadas en la isla y que colaboraban en su defensa efectiva.
No todos los edificios originales han llegado a la actualidad, ni todos lo han hecho en el mismo estado. A día de hoy tienen usos diversos y no son en su mayoría visitables por dentro, más alla del patio.
La siguiente visita es el recorrido por la muralla. La defensa de la muralla estaba encomendada a los distintos paises de la cristiandad. Cada pais era responsable de un cierto tramo y debía ocuparse de sus edificaciones, de su dotación , y mantenerlo en perfecto estado.
Hay varios puntos de acceso, y un gran tramo que se puede recorrer y ofrece unas buenas vistas sobre la propia muralla y sobre la ciudad. Muchas casas tienen terrazas en la azotea, patios ajardinados...
Desde la muralla se tienen vistas espectaculares de la ciudad.
Aunque hace calor sopla una brisilla, muy agradable y refrescante.
Ya es hora de comer, y paramos en uno de los inmunerables garitos de la ciudad. Comemos sardinas, tomates rellenos y croquetas de calabacín. Y el que hemos declarado elmejor expresso del viaje hasta ahora!!
Visitamos el Museo Arqueológico, no tanto por la exposición, que no vale gran cosa, como por el edificio. El antiguo Hospital de los Caballeros fue uno del los más importantes y mejor dotados de la Europa medieval. Tiene la disposición característica de este tipo de establecimientos, con una gran sala presidida por una capilla. Muchos almacenes y celdas para los médicos y cirujanos.
Cuenta con un patio impresionante.
La colección arqueológica no es gran cosa, pero algunas de sus piezas son interesantes...
Terminamos el día visitando las fortificaciones que cerraban el puerto y lo hacían inexpugnable.
Tiempo para deambular sin rumbo fijo por las tiendas... LA ciudad es muy populosa y animada. Hay multitud de turistas, en gran parte procedentes de los grandes cruceros. Afortunadamente estos desaparecen a media tarde.
Pasamos por el hotel a ducharnos, dejar las compras y salimos a cenar.
Las posibilidades son innumerables. Acabamos en el Fotis Melathron Fish Taverna situado en un edificio histórico del centro que conserva el aire de las mansiones turcas. No obstante y pese a ser muy agradable por dentro, optamos por su encantadora y fresquita terraza. Cocina griega, con toques gourmet.