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Nîmes, día 7


Hoy vamos a dedicar todo el día a visitar la ciudad de Nîmes.

Nuestro apartahotel es muy confortable. Nos han dado una habitación inmensa, en el tercer piso. El desayuno es tipo buffet, con gran variedad de bollos, panes, pasteles...

Es domingo y la ciudad se despierta lenta y perezosa. Hay bastantes turistas.

La ciudad de Nîmes ya existía hace más de 2500 años como asentamiento galo. Pero sin duda alcanzó su mayor esplendor en época romana. Nemausus, una de las ciudades más importantes de la Vía Domitia, fue favorecida por Roma en "agradecimiento" al compromiso de sus ciudadanos con el Imperio. Gracias a las grandes cantidades de agua a presión que le suministraba su acueducto, Nîmes consiguió un desarrollo urbanístico espectacular: termas, agua corriente en las casas...

Nuestra primera parada es la Arena, que se encuentra justo al otro lado de la plaza del alojamiento. Nos han dicho que por la tarde hay concierto, asi que la visita es sólo matinal. Y además en parte no es accesible, por el "tinglao" del escenario.

La Arena es un anfiteatro romano, contemporáneo y del estilo del Coliseo de Roma o de la Arena de Verona. Se encuentra en un maravilloso estado de conservación, y sigue en pleno uso hoy día para todo tipo de eventos.

El acceso incluye una audioguía, pero nosotros preferimos las visitas.... a nuestro aire.

Pueden recorrerse sus galerías, a todos los niveles y visitar el interior. Tiene una interesante colección de paneles sobre los gladiadores, sus distintos tipos, armas, adiestramiento, cómo se organizaban los torneos...

Nuestro siguiente objetivo son los Jardines de la Fontaine, que ocupan el antiguo Augusteum, del que quedan curiosos restos readaptados a un jardín "a la francesa". La visita nos ha resultado un poco chocante, ya que los espacios son hermosos, con zonas de agua, un ninfeo... Pero nada parece tener mucho sentido, aunque el conjunto es armonioso.

Desde allí se sube a la Torre Magna, la más importante del recinto amurallado financiado por el emperador Augusto. En realidad, la torre romana recubre una estructura defensiva galo-romana poco graciosa, que pertenecía a las defensas originales de la ciudad. En la actualidad sólo quedan dos de los 3 cuerpos que tenía, pero aún así, es formidable. Puede visitarse por dentro, y subir a la terraza, que tiene unas bonitas vistas de la ciudad. En el interior hay una exposición que explica las etapas constructivas y las alteraciones que sufrió con el abandono y el paso del tiempo.

Nuestra siguiente parada, mucho más alejada del interés turístico general, es el Castellum. Se trata de la estructura en la que desembocaba el acueducto y desde donde se decantaba y distribuía el agua a la ciudad. Está siempre situado en un alto. Junto al de Pompeya, es uno de los mejor conservados.

Nos tropezamos con la Catedral de Nuestra Señora y San Castor, de estilo entre románico y gótico:

Muy interesante el friso procedente del edificio románico.

Del recinto amurallado de época romana, diseñado no sólo para proteger si no para demostrar el poderío de Roma, sólo quedan dos puertas.

La Puerta Augusta, que se mantiene a duras penas en pie, aun da idea de su importancia en la época.

También nos acercamos a Les Halles, el mercado cubierto de la ciudad, a caballo entre mercado de abastos y mercado gourmet. Está muy animadillo, entre propios y extraños, que se deleitan paseando entre quesos, embutidos, encurtidos...

Como es domingo las tiendas están en su mayoría cerradas, y muchos de los restaurantes también. Vamos a buscar en los aledaños de la Arena, que es donde hay más movimiento. Terminamos en una placeta fresquita, a la sombra, en el Restaurante La Camargue. Comida de la zona, sin aspiraciones.

Hace bastante calor, por lo que vamos a aprovechar las primeras y sofocantes horas de la tarde en visitar el Museo de la Romanización. Inaugurado este mismo año, el edificio del museo tiene un diseño francamente espectacular, que recuerda a un mosaico.

El hall de entrada tiene una escalera impactante.

Dispone de las más modernas tecnologías: realidad aumentada, 3D.... para acompañar al visitante a través de las distintas etapas de la historia, desde los asentamientos galos, la ciudad medieval, la ciudad moderna...

Con especial dedicación al proceso de romanización y al desarrollo urbanístico de la ciudad durante el imperio. Muy curiosos los espacios dedicados a relatar cómo se redescubre la ciudad romana, y cómo se interpretan y recuperan los espacios en distintos momentos de la historia.

Especial atención merece la colección de mosaicos:

Nos encantó el vídeo sobre la recuperación del Augusteum y su transformación en los Jardines de la Fontaine. Por eso al salir, decidimos volver a pasear por ellos.... ahora que entendíamos algo....

Hay una exposición temporal dedicada a los gladiadores, dónde explican los tipos que había, las armas y forma de luchar de cada uno, cómo entrenaban. Y también cómo se organizaban los espectáculos, las partes que tenían y cómo fueron evolucionando.

De camino a los jardines, hacemos nuestra última visita: la Maison Carrée.

Se trata de un templo romano muy bien conservado, en una plaza amplia que permite recorrerlo totalmente. Por dentro está acondiconado como sala de proyecciones. "Nemausus, el nacimiento de Nîmes" es una producción francesa que, a través del destino de una familia, nos transporta a la historia de la fundación de Nîmes, desde el oppidum celta hasta la romanización bajo el Imperio entre el 55 antes de DC. y el 90 DC.

Alejados del ruido del concierto, acabamos de nuevo en los Jardines de la Fontaine, por los que paseamos reconociendo en montículo del teatro enterrado, los restos de la biblioteca....

Hemos tomado unas cervezas artesanales muy ricas en una terracita bajo los árboles...

Ha resultado un día francamente interesante...


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