Hoy volamos de Madrid a Toulousse, con Air Nostrum. El vuelo sale de la T4 a las 07:25 y llega a las 08:40, así que toca madrugar.
Hemos desayunado en el McCafé de la T4 antes de ir a la Terminal Satélite.
El avión ha salido en hora y todo ha ido bien... hasta llegar a Francia. Mientras dejamos Madrid con un sol espléndido, por aqui hay nubes, lluvias, bolsas de aire.... ha sido un vuelo movidito!
Esta vez alquilamos el coche con Avis, que nos ha proporcionado un Fiat Tipo gris metalizado diesel. En Francia los carburantes son bastante más caros que en España, por lo que compensa alquilar un diesel, aunque el coche sea algo más caro de entrada. Además, ya es la segunda vez que por no disponer del tipo de coche reservado en diesel, nos dan uno de segmento superior al mismo precio.
Llueve como si no hubiera llovido nunca, y como si no pensase parar jamás...
No obstante salir del Aeropuerto de Toulouse-Blagnac es bastante fácil y la mayor parte de nuestro camino es por autopista.
Nuestro primer destino es el pueblo medieval de Mirepoix. El pueblo es una bastida fortificada famosa por su plaza porticada, su iglesia y su mercado al aire libre de estructura metálica.
Hoy se celebra además el mercadillo semanal, que es muy popular en la zona y atrae tanto a turistas como a la gente de la zona, que encuentra allí a productores locales de vino, miel, quesos, verduras y frutas... Los puestecillos se extienden por toda la plaza, la plaza de la iglesia y las calles de alrededor de ellas, en parte bajo los pórticos, y en parte al aire. También hay puestos en el propio mercado de forja. Lo de la lluvia debe ser habitual, porque están muy bien preparados.
Toda la plaza y algunas de las calles que salen de ella están porticadas. Son hermosos palacetes de madera, con un amplio pasaje con tiendas y restaurantes.
Visitamos la antigua Catedral de San Mauricio, de estilo gótico meridional y nave única, la segunda más larga de este tipo.
Y admiramos el mercado al aire libre, del siglo XIX.
Para la hora de comer, que aquí empieza a las 12:30, los puestecillos empiezan a recoger, de forma ordenada y eficaz, dejando espacio a los restaurantes para que extiendan sus terrazas.
Por suerte, también la lluvia empieza a aflojar...
Después de pasearnos el mercado y agenciarnos un delicioso queso de cabra fresco hecho en el día, buscamos donde comer. Los franceses comen entre las 12:30 y las 14:00, y como se te vaya la hora, no suelen tener "piedad".
Optamos por un restaurante en una de las calles laterales a la plaza, llamado Le Flambé. Su formule à midi incluye una terrina y una ensalada, un filetazo con patatas y un café, por 14.90 euros. Un pichet de vino local y nos hemos puesto las botas las dos por 33 euros. El filete incluía una salsa llamada "beurre aillée", que habrá que experimentar en casa...
Ha dejado de llover y ha salido el sol. Ahora las tiendas están todas abiertas, así que damos otro paseito. Visitamos la Porte d'Aval, la única que queda del recinto amurallado de la bastida del s.XIV.
Nuestro siguiente destino es Monreale, pueblo que en sí mismo no tiene nada en particular... salvo una iglesia fortaleza en todo lo alto. El problema es que están celebrando un funeral.... y no podemos entrar...
La última visita de hoy es la Abadía de San Papoul, al pie de la Montaña Negra. Aunque bastante deteriorados, se conservan a día de hoy el claustro del s.XIV, parte de la iglesia y restos de alguna dependencia. Reúne el mayor número de obras del Maestro de Cabestany de la zona del Aude.
Ponemos rumbo a Carcassonne, donde está nuestro primer alojamiento. Le Proche Cité Chez Sisi es una demeure al borde del recinto medieval. Su propietaria, Simone, es encantadora y se deshace en indicaciones y consejos. Tiene parking propio y una decoración muy personal. Nuestra habitación es enorme...
Es tarde y hemos madrugado un montón, pero ¿quién se resiste a un paseo nocturno por Carcassonne?. Y más con esta hipnótica bienvenida!!
Este ha sido nuestro itinerario de hoy: