Hemos aprovechado el puente del 12 de Octubre para pasar unos días en la ciudad de Málaga, visitar sus monumentos y museos, y disfrutar de su ambiente.
Hemos ido en AVE.
El viaje dura 2 horas y media, y lo bueno es que la Estación María Zambrano está a pocos minutos a pie del centro.
Para nuestra desgracia, hemos llegado a Málaga lloviendo. La temperatura es buena, pero la lluvia es molesta. Es casi la hora de comer y tenemos que pasar a recoger la llave del apartamento en una oficina y luego atravesar el centro para llegar a él. Como en el primer trayecto nos hemos calado, decidimos buscar donde comer y esperar que escampe antes de llegar a la casa. Tal y como dice la predicción, a las dos la lluvia para, las nubes desaparece, sale el sol y ... Dios mío, qué calor.
Nuestra primera comida en Málaga es en una terraza (quién lo diría media hora antes...) del centro llamada D' Platos. Se trata de un local de reciente apertura, con una agradable decoración y una carta de tapas original y variada. Tienen tapas pequeñas, clásicas y otras más creativas. La carta no es muy extensa, pero incluye tostas, ensaladas... Las raciones son generosas, el precio muy razonable y la atención, muy agradable. El café también está muy rico.
Pasamos por nuestro apartamento a dejar el equipaje y cambiarnos a ropa más veraniega, porque hace bastante sol y calor.
Por la tarde aprovechamos para dar una vuelta, como toma de contacto, y visitar la catedral.
La Catedral de Málaga, a la que los propios llaman "La Manquita", es un imponente edificio mayormente renacentista. Fue mandado construir por las Reyes Católicos sobre la mezquita aljama, pero del edificio gótico apenas queda una hermosa puerta lateral.
Tardó mucho en construirse, acabó siendo de traza renacentista, aunque con decoración barroca. Como no fue en su día terminado completamente, sus proporciones son algo particulares, carece de cubierta a dos aguas y además tiene una de las torres a medias (de ahí el nombre).
La visita incluye la iglesia propiamente dicha, el Palacio Arzobispal y la subida a las cubiertas. La subida es interesante, por las vistas sobre la ciudad, el puerto... y por lo curioso de ver las cubiertas de las bóvedas, pero sin tejado. Debido a las filtraciones que esto provoca, le han hecho unas "coberturas" con pendiente a las bóvedas para que cuando llueve el agua no se remanse y se dirija a los sumideros.
La luz de tarde es cálida y espectacular.
El Palacio Arzobispal es un palacete típico, con un bonito patio.
El resto de la tarde lo empleamos en pasear por el Muelle Uno, un espacio de ocio situado en el Puerto de Málaga que incluye tiendas, restaurantes, el Centre Pompidou... y unas vistas increibles !!!. Ideal para terminar el día con un mojito....