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La Alcazaba y el Castillo de Gibralfaro, Málaga día 2


Hoy ha amanecido un día espectacular: soleado y con muy buena temperatura. Así que nos ponemos los pantalones cortos... y a empezar.

Nuestro primer destino es la Alcazaba de Málaga. Esta fortaleza árabe del siglo XI se sitúa en un cerro, adaptándose a su orografía.

Se accede a ella desde la calle Alcazabilla, en la base de la colina, donde recientemente se han descubierto las ruinas de un Teatro Romano.

En Málaga hay numerosos restos de asentamientos de diversas etapas: hay restos fenicios, romanos, árabes...

El teatro no es espectacularmente grande, pero una vez excavado y parcialmente restaurado, resulta un espacio muy agradable. En un extremo han construido un pequeño centro de interpretación.

La visita a la Alcazaba es libre.

En primer lugar se atraviesan una serie de fortificaciones de acceso, que unen la alcazaba con el recinto amurallado de la ciudad.Se trata de varias puertas en recodo: la Puerta de la Bóveda, la Puerta de las Columnas... Las puertas en recodo obligan al visitante a ir más despacio, y ayudan a detener a las visitas no deseadas...

A continuación y a través de otra puerta en recodo se accede al recinto amurallado inferior. Lo más destacado de este recinto es su Patio de Armas, hoy convertido en jardín y con vistas al puerto.

Hay biznaga entre sus plantas...

Al recinto amurallado superior se accede por otra compleja puerta en recodo, llamada Puerta de los Cuartos de Granada, que da al Patio de los Surtidores, otra zona ajardinada, que forma ya parte del Palacio. Desde aqui se puede subir a la muralla y recorrerla.

Al fondo, a la derecha están la Torre de Maldonado y la de la Armadura Mudejar, ambas muy reconstruidas.

Desde allí se accede al Palacio Nazarí, donde están los otros dos patios del palacio, el Patio de los Leones y de la Alberca.

En las estancias que rodean los patios se conservan algunos artesonados y decoraciones recuperadas.

Hay una última parte, cerrada por restauración que no podemos visitar.

La visita ha sido muy agradable y nos ha llevado un buen rato. Al bajar decidimos tomarnos el segundo desayuno en uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad: El Pimpi

Callejeamos por el centro de la ciudad, por la calle Larios, por la Plaza de la Constitución, por la Calle Nueva... Está muy animado de turistas y como la mayoría de calles son peatonales, es muy cómodo. Al ser festivo, la mayor parte de tiendas están cerradas, aunque algunas si han abierto o lo van haciendo a medida que avanza la mañana.

No tenemos mucho hambre, así que decidimos tomar unas tapas en un lugar bastante de moda llamado Eboka.

Vamos a pasar la primera parte de la tarde, dado que hace bastante calor, en el Museo Picasso. La sede del museo es el Palacio de Buenavista, de estilo renacentista y mudéjar, s.XVI. En el subsuelo se han encontrado importantes restos del pasado fenicio y romano de la ciudad.

La colección hace un recorrido didáctico por la obra de Picasso, a partir de fondos procedentes de los hijos del pintor.

Tiene también una tienda y un café, con terraza en un jardín lateral.

Damos un largo paseo por la Alameda Principal. Las plantas son enormes, con hojas gigantes, verdes y jugosas. Es un auténtico vergel urbano. Desde uno de sus extremos se accede al Castillo de Gibralfaro. La subida es cómoda, alternando rampas con escaleras. Pero no deja de tener un considerable desnivel... y cuesta, cuesta... Sobre todo porque sigue haciendo calorcillo...

El Castillo fue construido en el s.XIV, para proteger la Alcazaba de los ataques de artillería. Incorpora todas las novedades de la época a respecto: diseño en zig-zag, Torre Albarrana, puertas en recodo... Del interior del recinto no queda casi nada, estando hoy ajardinado. Se pueden recorrer las murallas, con vistas increibles sobre la ciudad, el puerto y la propia Alcazaba. Con la luz del atardecer es muy bonita.

Para cuando bajamos... ya es casi de noche.

Terminamos la tarde como Dios manda....


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