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Córdoba, día 3: Ruta de las Iglesias Fernandinas (II) y Palacio de Viana

  • Conejo
  • 7 feb 2019
  • 4 Min. de lectura

Después de otro gran desayuno, dejar la habitación del hotel y la maleta a su cuidado, empieza nuestra última jornada. Vuelve a ser un día soleado, que empieza bastante frío...

La primera visita es para la Iglesia de San Pablo, que no forma parte de la ruta, pero está abierta porque hay misa. Está situada en la plaza del ayuntamiento y se accede a través de una cancela. Fue fundada como parte de un vasto convento en una zona bastante despoblada en la época, del que no queda nada. Tiene la estructura común de todas ellas.

De allí vamos a la Iglesia de San Andrés. El edificio original sufrió una transformación enorme en época barroca, quedando convertido en el crucero de la iglesia actual. La decoración interior es barroca y cuesta mucho apreciar lo poco que queda de la traza medieval.

Nuestra siguiente parada es para visitar el Palacio de Viana. El palacio existe desde el siglo XV aunque ha sufrido numerosas transformaciones, especialmente a medida que se le añadieron edificios circundantes hasta completar su extensión actual. Es por ello de trazado muy irregular. La parte correspondiente al edificio como tal se visita con un guía, que nos va mostrando las distintas estancias. El recorrido refleja el interés de sus distintos propietarios por la caza, la arqueología... El piso superior es la parte más privada, que incluye los dormitorios de los propietarios y sus invitados. La planta baja incluye los salones destinados a la vida pública.

Ha sido propiedad de varias familias. En la actualidad es propiedad de Cajasur.

Pero sin duda mucho más interesantes resultan sus patios y zonas ajardinadas, que ocupan 4000 de los 6000 metros cuadrados del palacio. Son una de las muestras más completas de todos los tipos de patio cordobés.

Desde la recepción de visitantes se accede al Patio Principal o de Recibo, que comunica por una de sus esquinas directamente a la calle. Por él accedían las visitas, pudiendo entrar carruajes. Se trata de un patio trapezoidal, rodeado de galerías, destinado a impresionar a las visitas. Contiene algunas piezas de la colección arqueológica de los propietarios.

El Patio de los Gatos es el patio de vecinos más antiguo de Córdoba. Pertenecía a la casa de viviendas de alquiler existente desde la edad media. Una vez incorporado al palacio, se utilizó para ubicar las cocinas a su alrededor. Una de ellas se recrea y es visible desde el patio.

El Patio de los Naranjos, de inspiración hispano-musulmana tiene una alberca y una zona de naranjos centenarios.

El Patio de las Rejas se llama así por las tres grandes ventanales, con sus rejas, que se abren al exterior.

Permite ver desde la calle el patio y al fondo la casa. Siempre muy cuidado, pues estaba destinado a impresionar a los viandantes.

El Patio de la Madama, con su fuente rodeada de un cerrado círculo de cipreses, es todo lo contrario: un patio intimista.

El Patio de las Columnas es un amplio y moderno espacio de reciente creación, destinado a eventos y celebraciones.

El Jardín es un añadido del s.XIX. Se trata de un enorme jardín dividido en cuadrados delimitados por setos de boj.

Los últimos patios: de la Alberca, del Pozo y los Jardineros son de la misma ampliación del Jardín y están destinados sobre todo al personal al servicio de los jardines.

La visita finaliza en el Patio de la Cancela, que es por donde se entra desde la calle y por donde se accede a la visita guiada a la casa.

Retomamos nuestra Ruta de Iglesias Fernandinas. La Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas tiene la misma estructura básica de todas ellas. Está exenta, en una placita que permite admirar su imponente fachada.

El Templo conventual de San Agustín es otra de las iglesias que sufrieron grandes transformaciones barrocas, teniendo actualmente un aspecto poco parecido al original.

Otra cosa es la Iglesia de San Lorenzo Mártir. Tiene una aspecto exterior curioso, fruto de la incorporación posterior de una imponente torre y un pórtico de tres arcos delante de la entrada principal. Interiormente tiene la distribución clásica común a estas iglesias. Destacan las impresionantes pinturas murales del ábside mayor. Fue construida sobre la base de la Mezquita de al-Mugira, de forma que la base de su alminar es la base de la torre actual y puede verse desde el interior.

Nuestra ruta termina en la Iglesia de San Francisco y San Eulogio, que fue en su momento la iglesia del convento de San Pedro el Real, del que sólo quedan dos crujías del claustro. A diferencia de las demás, esta iglesia es de una sola nave, con crucero y cabecera. Su aspecto actual poco tiene que ver con la traza medieval, debido a las trasformaciones sufridas a lo largo de los siglos. En la actualidad, luce una decoración barroca.

Volvemos al centro para comer. Primero, un aperitivo en el Bar Santos, conocido por su enoooorme tortilla de patatas!.

El restaurante La Tapería, en el barrio de la judería, es un local típicamente cordobés. La comida es muy rica y abundante, bien cocinada. Tienen tres formatos: tapa, media ración y ración. Dado el tamaño de la tapa... mejor no preguntar qué tamaño puede llegar a tener una ración!. Hemos tomado berenjenas, croquetas de rabo de toro, unos quesos de la zona, ... El personal es muy agradable.

Poco más nos queda que recoger el equipaje en el hotel y poner rumbo a la estación del AVE.

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