El Hotel Casa Puertas es un alojamiento rural monísimo, muy tranquilo y bien decorado y equipado. Por la localización de la población, muchos de los huéspedes son peregrinos del Camino Portugués. El desayuno es muy agradable, con un amplio surtido de bizcochos y mermeladas caseras.
Debido a los estrictos horarios de visita del Monasterio de Oia, vamos a pasar la mañana en Baiona. Visitaremos el monasterio después de comer y finalmente nos desplazaremos hasta Moaña, para estar cerca mañana de donde sale el barco a Islas Cíes.
La ciudad de Baiona está situada sobre una bahía.
Su construcción más emblemática es sin duda la Fortaleza de Monterreal. Se encuentra ubicada en la península de Monte Boi, también conocida como de Monterreal. Se conoce desde hace más de 2.000 años como recinto amurallado. Siglos antes del nacimiento de Cristo, habitaron en ella diferentes pueblos, entre ellos, celtas, fenicios y romanos. Ya en nuestra era se vio ocupado por diversos pobladores y sufrió gran cantidad de ataques, así como de modificaciones. Antiguamente, se asentó aquí la villa de Baiona, por privilegio otorgado por los Reyes Católicos para defenderse de las incursiones corsarias.La península ocupa una extensión de 18 hectáreas rodeadas de 3 km. de murallas almenadas de entre los siglos XI y XVII. Después, el recinto se convirtió en residencia de los diferentes gobernadores militares de la fortaleza, entre ellos el conde de Gondomar. Posteriormente pasó a manos privadas hasta que, en 1963, lo adquirió el Ministerio de Información y Turismo para instalar en su interior el Parador de Turismo "Conde de Gondomar".
Actualmente, la muralla mantiene las tres torres desde las que se vigilaba la fortaleza. A la entrada está la Torre del Reloj (que escondía una campana que servía para dar la alarma en caso de ataque enemigo); al este se yergue la Torre de la Tenaza, cuyo cometido era defender el puerto mediante unas baterías de tiro y, en la parte más oriental de la fortaleza, sobre la bahía, está la Torre del Príncipe, quizá la más antigua, que actuaba como faro para los navíos. Ésta última tiene tres escudos (de los Austrias, de los Sotomaior y el de la villa) y debe su nombre a que en ella estuvo preso el príncipe portugués Afonso Enriques en el 1137.
La fortaleza puede visitarse cualquier día del año. Desde ella es agradable presenciar las magníficas puestas de sol sobre la ría y sobre las islas Cíes y la línea marítima sobre la que se estira Baiona.
El casco antiguo de Baiona fue declarado conjunto de interés histórico-artístico por la Dirección Xeral del Patrimonio en 1993, coincidiendo con la celebración del V Centenario de la Arribada. Aunque parte del casco antiguo está situado entre el Burgo (península de Santa Marta) y Sabarís, el núcleo principal está radicado en el centro del municipio y ocupa un círculo casi cerrado. Éste tiene tres entradas: por la plaza de Santa Liberata, por la del Padre Fernando y desde el crucero de la Trinidad. Sus calles son angostas, estrechas y empedradas, con edificios asoportalados, de piedra o granito, y con una planta de poca altura. A cada paso hay un pequeño templo, una fuente o una casa nobiliaria.
De sus templos destaca la ex-Colegiata de Santa María, de aspecto fortificado y estilo ojival románico,se construyó en el siglo XIII y fue considerada Colegiata desde 1482 a 1850.Está dividida en tres naves, con sus correspondientes ábsides rectangulares. La nave principal recuerda el estilo cisterciense del monasterio de Santa María de Oia. Dos contrafuertes flanquean la puerta de la fachada, formada por tres pares de columnas, tímpano liso y arquivoltas. Las ventanas son románicas y tiene en la fachada un precioso rosetón románico. En 1841 se trasladaron al atrio varios cruceros de distintos estilos dispersos por las calles de la villa.
En el puerto marítimo destaca una reproducción de la Pinta, una de las carabelas del descubrimiento que arribó a este puerto en su viaje de vuelta.
El día está muy soleado y caluroso y aunque las callejas son agradables, se nota mucho calor. Vamos a comer en uno de los restaurantes del centro. La terraza de la Boquería está en una esquina bastante ventilada al lado de la ex-Colegiata. Hemos comido una parrillada de verduras muy rica yalguna otra cosa. De postre el camarero se ha empeñado en que no dejáramos de probar su flan casero de queso de tetilla, que estaba realmente exquisito.
Volvemos sobre nuestros pasos para visitar el Monasterio de Oia, que actualmente está bastante en ruinas. La iglesia es parroquia y, como era de esperar, está cerrada y no se visita. En la actualidad el monasterio es propiedad privada y está a la espera de autorización para transformarlo en un hotel de lujo con spa.
La visita recorre lo que queda de las dependencia monacales.
El Monasterio de Santa María de Oia perteneció a la orden del císter. Era muy rico, gracias a sus propiedades y a las concesiones reales que fue acumulando a lo largo de la edad media. Su posición geográfica lo convierte en una importante línea de defensa frente a piratas turcos. Por su destacada participación en la defensa frente a los turcos, el rey Felipe IV lo declara Real e Imperial Monasterio. Tras la desamortización pasa a manos privadas, siendo utilizado como cárcel durante la guerra civil, como casa particular y finalmente es adquirido por varios propietarios que intentan poner en marcha el proyecto del hotel, actualmente paralizado. Se han acometido obras de consolidación de las cubiertas para evitar que el deterioro vaya a más.
La visita se inicia en el Patio de Armas, pasado el atrio de entrada. Desde allí se accede al Claustro de las Procesiones, donde dan las principales dependencias cerradas por cuestiones de seguridad. El claustro si puede recorrerse y es muy bonito. Por el extremo opuesto se accede al Claustro de los Naranjos, proyectado como ampliación pero que nunca llegó a terminarse, faltando totalmente una de las pandas. Si se construyeron algunas de las dependencias monacales más modernas, así como al antiguo huerto.
Rodeando la iglesia por el exterior se accede al Patio de los Limones, que incluye la parte monacal que fue transformada en vivienda.
Nuestro día termina con una tarde de playa en la Playa de La Junquera, en Moaña. Se trata de una población tranquila, con una playa ocupada principalmente por familias y veraneantes.
Hemos cenado en uno de los locales del Paseo Marítimo, que recorre toda la población y que resulta muy animado también...