Ahora que ya tenemos casi dominado el secreto del pan, teniamos una deuda pendiente con nosotros mismos: hacer pan de molde. Buscamos por internet y pronto encontramos una receta para probar. Desde aquí animamos a cualquiera que quiera iniciarse en esto de hacer pan, que visite el canal de YouTube de Gluten Morgen (https://youtube.com/c/GlutenMorgenTv) donde Ramón Garriga comparte gratuitamente sus conocimientos con una simpatía extraordinaria.
Siguiendo las indicaciones de Ramón, elaboramos un pan de molde con los siguientes ingredientes:
- 340 g de harina de fuerza
- 60 g de harina integral de espelta (en la receta era harina integral de trigo pero no teníamos...)
- 60 g de harina integral de centeno
- 150 g de MM
- 1 cucharadita de levadura seca
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de miel
- 230 g de leche (usamos desnatada..)
- 80 g de agua
- 60 g de mantequilla a punto pomada (o sea que la sacamos un ratito antes de la nevera)
La elaboración con nuestra aliada preferida, nuestra kitchenaid, es muy fácil y rápida. Ponemos en el bol las 3 harinas, la levadura, la masa madre, la sal, la miel y la leche.
Colocamos el gancho de amasar y ponemos la máquina en funcionamiento a vel. 2. Inmediatamente después añadimos el agua y continuamos amasando hasta que se forme una bola. En este momento están integrados los ingredientes. Paramos la maquina.
Añadimos la mantequilla y volvemos a amasar a vel. 2 hasta que se integre bien. Y dejamos amasar unos minutos más hasta que la masa se vea suave y elástica.
Mientras trabaja la maquina, aprovechamos para preparar nuestro molde. Lo untamos con mantequilla y lo enharinamos para facilitar el desmoldado posterior. Podemos usar un molde de plumcake. Es preferible usar uno rígido a los de silicona porque la silicona cede a la presión de la masa cuando fermenta y en lugar de crecer hacia arriba, el pan se expande hacia los lados. Que es lo que nos ha pasado a nosotros.
Cuando la masa esté lista, enharinamos nuestra mesa de trabajo. Vertemos la masa sobre la mesa, y la extendemos con cuidado formando un rectángulo. La enrollamos sobre si misma formando un rollo que sea de un tamaño adecuado a nuestro molde, cuidando de que quede cerrado por los lados.
Colocamos con cuidado la masa dentro del bol, dejando el cierre del rulo hacia abajo. Pintamos la superficie con un poco de leche. Espolvoreamos sobre la masa unas semillas (en nuestro caso, pusimos sésamo tostado y sésamo negro) También se podrían poner unas pipas de calabaza y/o girasol. O incluso podríamos poner unas nueces picadas, si queremos ser un poco más creativos.
Dejamos fermentar nuestro pan unas horas hasta que duplique su volumen. Y que se duplique significa que la masa llegue hasta el borde del molde. Esto tardará unas horas... así que hay que tener un poco de paciencia. En nuestro caso, tardó unas 5 horas en fermentar. Al principio lo dejamos al aire, pero pasadas un par de horas, optamos por taparla con plástico para que no se orease demasiado la superficie.
Cuando la masa esté a punto, precalentamos el horno a 200° durante unos 10 minutos. Y horneamos el pan durante 35 minutos. Sacamos y desmoldamos. Dejamos enfriar a temperatura ambiente hasta que esté bien frío.
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